Las cinco asociaciones vecinales que desde hace casi dos años están llevando a cabo esta campaña, han elaborado su propio documento de conclusiones respecto al seguimiento del servicio de limpieza.
Ante los reiterados obstáculos que se les han ido puesto para poder participar en la comisión creada por el Ayuntamiento de Alicante, con el objetivo de hacer el seguimiento del servicio de limpieza, las asociaciones de vecinos Barrio del Pla, El Magro de San Blas, El Templete de Benalúa y Laderas del Benacantil, han establecido sus propias conclusiones, después de haber estado trabajando en el tema durante casi dos años.
Desde las asociaciones indican que estas conclusiones, tal vez, hubiesen sido las mismas incluso teniendo acceso a la diversa documentación que han solicitado reiteradamente y que nunca se les ha facilitado y que, posiblemente, esta haya sido la razón por la que no se les ha facilitado la información.
La primera de la conclusiones: Los casi cuarenta millones que se pagan a la concesionaria del servicio de limpieza, no consiguen que la ciudad esté limpia, sino todo lo contrario: Alicante es considerada una ciudad sucia por propios y extraños ( la reciente publicación del informe de la OCU no hace sino corroborar esta afirmación ).
La segunda de las conclusiones: El equipo de gobierno municipal, pasado y presente, ha carecido y carece, de verdadera voluntad política para conseguir que la ciudad este limpia, haciendo gala de una absoluta indolencia al respecto, al no exigir a la contrata que cumpla con lo que el contrato especifica: “….que cada día, inmediatamente después de finalizar los trabajos propuestos por el contratista no deberá existir anomalía o deficiencia alguna de limpieza o higiene”.
La tercera conclusión: El servicio de limpieza está mal dimensionado y los medios son insuficientes. Esta afirmación se ha constatado a través del estudio realizado de una de las rutas de barrido manual, en el que un operario de limpieza, además de otras obligaciones, tiene que barrer una superficie similar a la del campo de fútbol del Hércules en poco más de una hora y media. Igual resultado aporta el que en los barrios haya calles que se baldean cada 75 días, o el hecho de que casi dos años después de suscrito el contrato, todavía se están usando vehículos y maquinaria, utilizados por la contrata anterior, cuya antigüedad afecta negativamente a sus prestaciones.
Es evidente que las anomalías o deficiencias en cuanto a la limpieza ( e higiene ) han sido motivo de numerosas quejas, denuncias ciudadanas y la presentación en el Registro municipal de más de dos mil instancias al respecto, teniendo como colofón el informe de la OCU antes citado.
Otra muestra de esa indolencia es que, en base a lo anterior, el equipo de gobierno municipal no ha obligado a la empresa a que haga lo que se indica en el Pliego que sirvió para adjudicar el contrato: “…. si para alcanzar un grado de limpieza o higiene adecuado fuere necesario aumentar la cantidad o la frecuencia de los medios ofertados, ello deberá realizarse de inmediato sin coste adicional alguno para el Ayuntamiento”.
Tampoco el equipo de gobierno municipal ha llevado a cabo campañas efectivas y permanentes de concienciación ciudadana para conseguir, una vez alcanzado el grado de limpieza exigible a empresa, una actitud cívica de la ciudadanía de no manchar ni ensuciar.
Por último, esta indolencia también se constata cuando el equipo de gobierno municipal no incide, a través de la policía local y funcionarios de la inspección de limpieza, en la vigilancia, control y, en su caso, sanción, tanto a los posibles incumplimientos de la contrata, como a las actitudes incívicas que puedan darse por parte de algunos ciudadanos o ciudadanas.
Las asociaciones esperan que quienes entren a gobernar el Ayuntamiento después de las próximas elecciones, tengan una actitud radicalmente distinta a quienes hasta ahora lo han hecho, y en este supuesto, anuncian su disposición colaborar con la nueva corporación municipal para conseguir que Alicante sea una ciudad limpia.