Reunión con cuatro concejalías: limpieza, sanidad, protección animal y seguridad

Las Asociaciones de Vecinos Barrio del Pla, El Magro de San Blas, El Templete de Benalúa, Franciscanos Oliveretes y Laderas del Benacantil-Casco Antiguo (grupo Barrio Limpio ¡YA!) solicitaron y obtuvieron una reunión el pasado día 16 con el concejal de Medio Ambiente y representantes de las Concejalías de Seguridad, Sanidad y Protección Animal.

El motivo de la solicitud para dicha reunión fue el de tratar con las distintas concejalías la situación de la limpieza en Alicante, ya que cada una de ellas se ve afectada, en mayor o menor medida, por dicho asunto.

En la reunión se reiteró, a los nuevos responsables políticos, la insatisfacción generalizada por la prestación del servicio de limpieza, que se ha agravado desde que se formalizó el nuevo contrato con la UTE.

Igualmente se aludió tanto a la encuesta realizada hace casi dos años por una de las asociaciones, que evidenciaban dicha insatisfacción, como las más de dos mil instancias presentadas durante el pasado año, exigiendo al anterior Ayuntamiento que tomara cartas en el asunto. Por si el resultado del trabajo realizado por estas asociaciones no fuera suficientemente determinante, se aportó el informe realizado por la OCU que, en relación con la limpieza, suspende a Alicante otorgándole una nota de un 3,3 sobre 10, y la sitúa, de entre las 60 principales ciudades de España, en el puesto 57, es decir como una de las tres ciudades más sucias.

Todas estas circunstancias sirvieron para exponer al concejal de Limpieza, Sr. Víctor Domínguez, que el germen de esta situación es el que la empresa adjudicataria (UTE de un trío de empresas formadas de CIVICA (emanación de Inusa, el antiguo concesionario) y de dos empresas "especializadas" de envergadura nacional y hasta internacional: FCC y Cespa), no cumple con aquello a que lo obliga el contrato: “ … , si para alcanzar un grado de limpieza o higiene adecuado fuere necesario aumentar la cantidad o la frecuencia de los medios ofertados, ello deberá realizarse de inmediato sin coste adicional alguno para el Ayuntamiento.”

El análisis que hacen las asociaciones les lleva a concluir que las deficiencias encuentran sus orígenes en un déficit y/o defecto de adecuación de los medios utilizados para la ejecución del contrato, y sobre todo a la misma organización de la empresa, incapaz de corregir los defectos notificados desde el inicio de su actividad, hace casi dos años.

Desde las asociaciones se han rechazado ciertas afirmaciones vertidas para intentar "explicar" las deficiencias en la ejecución del contrato de limpieza, tales como: las habilidades de los ejecutantes, las dificultades de disponer de personal eficaz y fiable o hasta las insuficiencias o el laxismo a nivel del personal responsable de supervisar las operaciones de la UTE. Los hechos han demostrado que no se cumplen los requisitos de las especificaciones del pliego.

Las asociaciones manifestaron que se debería arbitrar un procedimiento que permita definir el grado de limpieza e higiene deseado en la ciudad, ya que, incomprensiblemente, el pliego de condiciones del contrato no lo recoge. Esto permitiría al Ayuntamiento evaluar la gestión de la UTE y exigirle el cumplimiento de lo que especifica el contrato sin que cueste 1 euro más.

Se tiene la impresión desde las asociaciones que el derecho y la exigencia de la ciudadanía a tener una ciudad limpia se intenta utilizar como argumento por las empresas de la UTE para que el Ayuntamiento ceda a pagarles más, para que incrementen los medios de limpieza.

Otros asuntos planteados por el grupo Barrio Limpio ¡¡YA!! fueron los excrementos, plagas, defectos de comunicación, y referente a la contaminación visual: los solares abandonados, pintadas y firmas en fachadas y mobiliario urbano, entorno de contenedores, etc. cuestiones todas ellas que requieren de la coordinación y conjunción de medios entre los servicios de las distintas concejalías de limpieza, seguridad, sanidad y protección animal y el concurso de la de infraestructuras.

Como muestra de lo anterior se aludió a un aspecto importante y directamente vinculado con el cumplimiento de la Ordenanza municipal de limpieza: la intervención de la policía municipal, uno de cuyos principales cometidos es el de vigilar y hacer cumplir las ordenanzas municipales. En la encuesta realizada hace dos años, se evidenció que el 95% de los encuestados estaban a favor de la aplicación de sanciones (multas) para quien ensucia.

La percepción que se tiene es que, hasta el momento, las sanciones correspondientes al incumplimiento de la ordenanza de limpieza han sido muy discretas y, por tanto, se requeriría una actuación más decidida por parte de la policía municipal, que partiera de la advertencia previa y, llegado el caso, concluyera con la imposición de multa a los que no abandonen un comportamiento incívico.

Otra de las cuestiones abordadas fue la relativa a las actuaciones de los inspectores de limpieza del Ayuntamiento. Desde las asociaciones creen que su tarea debe centrarse principal y prioritariamente en la comprobación de que la empresa cumple con lo que dice el contrato que “ … no deberá existir anomalía o deficiencia alguna de limpieza o higiene…” así como en que se observe y aplique lo contemplado en la Ordenanza municipal.

También la cuestión del reciclaje fue tratada en esta reunión y, particularmente, en relación con los desafíos que esperan las autoridades en relación con las exigencias futuras de reciclaje, cuya relación con la limpieza urbana es evidente: los comportamientos no respetuosos (arrojar desperdicios en la vía pública) o la gestión de los puntos de recogida de los residuos reciclables.

Expuesto lo anterior, el grupo BLY presentó una serie de propuestas:

1. Creación de un observatorio (o mesa) de la limpieza en la que estuvieran presentes los responsables de las concejalias que tuvieran relación con aquella y en la que se abordaran, entre otras cuestiones, la identificación y la localización de los problemas de limpieza; asegurar la información y la coordinación entre las diferentes concejalías; la presentación periódica de información tanto al equipo de gobierno municipal como a la ciudadanía; asegurar el seguimiento y control de proyecto o planes realizados; operaciones específicas vinculadas a los excrementos, al reciclaje, a la prevención de arrojar desperdicios en la vía pública, sensibilización y concienciación a todos los niveles (empezando por el medio escolar), a pintadas y firmas en las paredes y mobiliario urbano, e incluso medios de información y comunicación. 

Además, dicho observatorio (o mesa) debería contar con el concurso de agentes externos (expertos, representantes de asociaciones de vecinos, etc.)

2. Abandonar la idea de un plan de choque para la ciudad, que sólo puede ser costoso y efímero, y, en cambio, desarrollar un proyecto de limpieza en un barrio de nuestra ciudad, en una zona reducida, que posibilitara la evaluación y ponderación de las medidas adoptadas en aras a, una vez mostrada su idoneidad, poder servir de modelo base para aplicarlo a otras zonas y barrios de la ciudad. Este proyecto sería una de las cuestiones que se desarrollarían en el observatorio (o mesa) antes propuesto.

3. Fijar como plazo para llevar adelante la primera propuesta en dos meses, y tres meses para poner en práctica el proyecto a realizar en una zona concreta.

Las asociaciones expusieron que el reto es importante, y las dificultades y tareas muchas, pero consideran que es la mejor forma de demostrar, por parte de todos los partidos políticos, una verdadera e inequívoca voluntad política de mejorar la ciudad, e igualmente, la capacidad de gestión, de organización e interacción de la nueva corporación municipal.


Diario Información 29 de septiembre de 2015