En la reunión del 19 de febrero de 2019, acordamos elevar a nuestros representantes vecinales en el Consejo escolar nuestra postura de que se mantenga la vigente división en distritos del mapa escolar municipal.
Esta postura la basamos en:
- Lejos de propiciar la libre elección de centro por parte de las familias (en especial las de menos recursos), el distrito único facilita que sea la escuela concertada la que tenga capacidad para "elegir" qué tipo de alumnado quiere en sus aulas: seleccionando a las familias con mayores ingresos y mejores currículums académicos y rechazando a familias de colectivos desfavorecidos, inmigrantes, etc., que sistemáticamente acaban en la escuela pública; aunque es cierto que existen importantes diferencias entre los colegios concertados "de barrio" y otros más "elitistas".
- Las desigualdades entre centros, el maltrato sistemático que ha sufrido la escuela pública en los últimos años, la falta de personal y medios y las deficiencias en mantenimiento e infraestructuas, son las razones últimas que provocan que las familias quieran escolarizar a sus hijos en centros que no les corresponden por ámbito territorial. Hay que afrontar los problemas y dificultades que aquejan a la escuela pública y dedicar recursos para mejorarla.
-Otra de las razones para apoyar la división en distritos es favorecer el arraigo de las familias: un colegio es una infraestructura dinamizadora, un lugar de encuentro que hace barrio y propicia las relaciones de vecindad.
- También es importante desde el punto de vista de la movilidad sostenible. Acudir al colegio de la zona facilita los desplazamientos a pie, lo que da vida a las calles y a los barrios. Al contrario, los desplazamientos largos a otras zonas de la ciudad, en vehículo propio o autobús, suponen un aumento del tráfico en horas punta y un empeoramiento de la movilidad.