Zona Azul. La falsa solución de la O.R.A.

Desde la Asociación de Vecinos Barrio del Pla, junto a la de otras seis asociaciones vecinales de Alicante y, la más relevante, la de nueve mil quinientos ochenta y tres ciudadanos y ciudadanas de Alicante, plasmada en otras tantas instancias, hemos venido oponiéndonos, desde el año 2012, a la O.R.A. (Zona Azul/Naranja), tanto en el barrio de El Pla como en el resto de la ciudad, manteniendo que ello no iba a solucionar el problema de aparcamiento y que, en cambio, iba a costar dinero a la ciudadanía.

Pese a la oposición se aprobó la ordenanza correspondiente y se adjudicó, en el año 2013, el contrato a una UTE (unión temporal de empresas) formada por Pavapark y la Corporación Empresarial Vectalia.

Desde ese año, y según los datos que figuran en las liquidaciones de cuentas del Ayuntamiento de Alicante correspondientes a los cuatro años siguientes (2014-2017), el Ayuntamiento ha cobrado a los alicantinos y alicantinas más de cuarenta y nueve millones de euros a través del impuesto sobre vehículos de tracción mecánica.

En ese mismo periodo (2014-2017), el Ayuntamiento ha obtenido ingresos de recaudación neta correspondientes a la tasa de la ORA, al servicio de auto-grúa y a las multas por infracciones de la ordenanza de tráfico, por importe superior a los quince millones de euros.

Por otra parte, y siempre según los datos que se recogen en las citadas liquidaciones de cuentas del Ayuntamiento, durante ese tiempo la empresa concesionaria ha percibido más de quince millones ochocientos mil euros, lo que significa que ni un solo euro de esa recaudación se reinvierte en Alicante sino que el Consistorio, utilizando el poder recaudatorio que le permite la ley, recaba tasas para entregárselas a una empresa privada.

Desde la Asociación de vecinos Barrio del Pla tenemos el convencimiento que el problema del aparcamiento en Alicante dista mucho de solucionarse con la implantación de la O.R.A., pero lo que sí ha conseguido es que alicantinas y alicantinos “repaguen” por aparcar en sus calles, siendo la única beneficiaria de esta circunstancia la empresa concesionaria.