En la Asociación de Vecinos Barrio del Pla mantenemos nuestra oposición a la O.R.A. (Zona Azul) y a que ahora se pretenda que también paguen motos y ciclomotores.
El pasado 18 de noviembre el Ayuntamiento inició el procedimiento para modificar la Ordenanza reguladora de las limitaciones al uso del estacionamiento en las vías públicas (llamada la ORA y también la Zona Azul).
Entre otras modificaciones que se pretenden está la obliga a motos y ciclomotores a pagar la Zona Azul.
Ante este anuncio, nuestra Asociación, que en el año 2012 ya nos opusiomos a que se aprobara la actual Ordenanza, ha presentado instancia ante el Ayuntamiento manteniendo su oposición a dicha normativa y a que ahora quiera ampliarse a motos y ciclomotores.
En su escrito, recordamos los motivos de tal oposición, el primero de los cuales es el hecho de que las ciudadanas y los ciudadanos de Alicante tengan que pagar por aparcar en sus calles, y que este fue también uno de los principales motivos que impulsó a casi diez mil personas a suscribir sendas instancias oponiéndose a la aprobación de la esa Ordenanza.
Otro de los motivos de esta oposición es el de que la Ordenanza no sirve para mejorar el aparcamiento, ya que ni amplia la superficie de aparcamiento (porque es físicamente imposible), ni minora el número de vehículos en las calles, sólo “expulsa” a quienes no pueden, o no quieren, soportar el coste económico por aparcar en las zonas azules y/o naranjas, a aquellas otras zonas que no las tienen, generando en éstas un problema que hasta entonces o no existía o era mínimo.
También es una Ordenanza que afecta negativamente al pequeño y mediano comercio, ya que, tanto el cliente residente como el foráneo se encuentra en la dicotomía de tener que pagar al ir a comprar o dirigirse a una gran superficie donde el aparcamiento es gratuito.
Al efecto económico negativo para el bolsillo del ciudadano, hay que añadir el perjuicio medioambiental que se produce, ya que la ORA impulsa una mayor movilidad de los vehículos.
La ORA, mantenemos desde la Asociación, sólo sirve como soporte legal para a la actividad económica de la empresa que en cada momento tenga la concesión administrativa de su gestión. Un contrato que va a suponer a la actual empresa más de veintidós millones de ingresos, los cuales se sufragan en parte a través de lo que el ciudadano paga por estacionar en la Zona Azul y por los arrastres de la grúa.
Es insólito de todo punto, que, por una parte, se defiendan y lleven a efecto reducciones de impuestos, que en definitiva sirven para financiar los servicios públicos, mientras que por otro lado se impongan “impuestos privatizados” que sólo sirven para generar beneficios empresariales.
El pasado 18 de noviembre el Ayuntamiento inició el procedimiento para modificar la Ordenanza reguladora de las limitaciones al uso del estacionamiento en las vías públicas (llamada la ORA y también la Zona Azul).
Entre otras modificaciones que se pretenden está la obliga a motos y ciclomotores a pagar la Zona Azul.
Ante este anuncio, nuestra Asociación, que en el año 2012 ya nos opusiomos a que se aprobara la actual Ordenanza, ha presentado instancia ante el Ayuntamiento manteniendo su oposición a dicha normativa y a que ahora quiera ampliarse a motos y ciclomotores.
En su escrito, recordamos los motivos de tal oposición, el primero de los cuales es el hecho de que las ciudadanas y los ciudadanos de Alicante tengan que pagar por aparcar en sus calles, y que este fue también uno de los principales motivos que impulsó a casi diez mil personas a suscribir sendas instancias oponiéndose a la aprobación de la esa Ordenanza.
Otro de los motivos de esta oposición es el de que la Ordenanza no sirve para mejorar el aparcamiento, ya que ni amplia la superficie de aparcamiento (porque es físicamente imposible), ni minora el número de vehículos en las calles, sólo “expulsa” a quienes no pueden, o no quieren, soportar el coste económico por aparcar en las zonas azules y/o naranjas, a aquellas otras zonas que no las tienen, generando en éstas un problema que hasta entonces o no existía o era mínimo.
También es una Ordenanza que afecta negativamente al pequeño y mediano comercio, ya que, tanto el cliente residente como el foráneo se encuentra en la dicotomía de tener que pagar al ir a comprar o dirigirse a una gran superficie donde el aparcamiento es gratuito.
Al efecto económico negativo para el bolsillo del ciudadano, hay que añadir el perjuicio medioambiental que se produce, ya que la ORA impulsa una mayor movilidad de los vehículos.
La ORA, mantenemos desde la Asociación, sólo sirve como soporte legal para a la actividad económica de la empresa que en cada momento tenga la concesión administrativa de su gestión. Un contrato que va a suponer a la actual empresa más de veintidós millones de ingresos, los cuales se sufragan en parte a través de lo que el ciudadano paga por estacionar en la Zona Azul y por los arrastres de la grúa.
Es insólito de todo punto, que, por una parte, se defiendan y lleven a efecto reducciones de impuestos, que en definitiva sirven para financiar los servicios públicos, mientras que por otro lado se impongan “impuestos privatizados” que sólo sirven para generar beneficios empresariales.
En nuestrro escrito aludimos en su escrito a las soluciones que se están llevando a efecto en otras ciudades españolas y europeas, como la del mejoramiento del transporte público y la creación de aparcamientos disuasorios en las entradas de la ciudad.